sábado, 19 de marzo de 2011

...Pulitzer

Cada año un fotógrafo es premiado con el Pulitzer de Fotografía. Su fotografía da la vuelta al mundo y es valorada; pero nunca provoca tantos debates y opiniones como la ganadora del año 1994.
Ese año Kevin Carter fue nominado a estos premios con una fotografía muy impactante y, como era de esperar, ganó.

La imagen en cuestión representaba a una niña totalmente desnutrida en Sudán con un buitre acechándola. Carter tomó la fotografía y abandonó el lugar, sin llegar a conocer nunca la suerte que corrió la pequeña.

Cuando la fotografía llegó al mundo occidental y salió a la luz, recibió numerosas críticas. Todos, a pesar de desconocer las circustancias en las que fue tomada, comparaban a Carter con la indiferencia mostrada por la sociedad ante el acecho contínuo del capitalismo (el buitre), sobre los países pobres y hambrientos de África.

Kevin Cater, incapaz de soportar la presión recibida y el sentimiento de culpa se suicidó el 27 de julio de 1994, tan solo 16 meses depués de haber disparado la foto y a la edad de 33 años.

Ahora bien, conozcamos la VERDAD:

El bebé de la fotografía es un varón que se llama Kong Nyong, y murió sí, pero hace cuatro años debido a las fiebres. Lo cierto es que el pequeño se encontraba en un centro de alimentación de la ONU. Si se observa con detenimiento la fotografía, podemos ver una pulsera en la que pone “T3”, lo que quiere decir que estaba registrado y que sufría desnutrición severa.

En el momento de la toma, el pequeño se encontraba defecando en una zona destinada a este uso y los buitres únicamente estaban esperando sus deshechos. Es decir, que SOBREVIVIÓ.

El pequeño fue identificado 18 años después por la enfermera francesa Florence Mourin, quien indicó a los reporteros de Crónica (El Mundo) cómo podrían encontrar  a su padre.

Finalmente, este corroboró lo sucedido.

La siguiente imagen fue tomada meses después por el español Luis Davilla. Esta no ganó ningún Pulitzer, ni provocó un gran dilema. Ambas imágenes podrían haber sido tomadas en el mismo instante y, sin embargo, un pequeño detalle, unos collares, hace que parezcan realidades relativamente distintas.

¿Montaje? ¿Fotos preparadas? Qué va...

Simplemente es la ignorancia de la sociedad. La indiferencia que hace que solo nos movamos por hechos impactantes, tragédias puntuales, sin darnos cuenta que estas imágenes representan la tragedia que se vive DÍA a DÍA en África.

2 comentarios:

  1. Las apariencias engañan. Inés no desesperes que al final ya verás como ganas algún premio de fotografía, la foto de la serpiente de nieve da mucho miedo y puede ser candidata al Pulitzer, al P. Kodak o incluso al concurso de la Renfe (el tren en movimiento);)

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  2. ines que entrada más increible. sin palabras

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