sábado, 26 de marzo de 2011

...soñando Madrid

CAPÍTULO III

Me siento feliz, como si estuviese dentro de la película de Amelie.

Al lado de la Catedral de la Almudena un hombre toca el violín con un títere, es lo que más te sorprende, pero los dos sospechamos que tiene un radio cassette escondido. Poco más allá, un mago malabarista, llama la atención de los niños con sus fantásticos trucos: saca objetos de su sombrero, monedas de las orejas de los chiquillos, baila espectacularmente el  diábolo...

Nos sentamos en un banco y me pongo a pensar en todas aquellas personas que hemos visto trabajando y entreteniendo a la gente en la calle. Parecen gente maravillosa, pero en sus ojos se puede ver que lo pasan mal, que cada noche sueñan con una vida distinta, más feliz y fácil. Les gusta que la gente disfrute con sus espectáculos, pero no el tener que trabajar o vivir en la calle. Tienen capacidades que mucha gente no tiene y mucha otra desearía poseer; son artistas, pero no están reconocidos. En la sociedad en la que vivimos es difícil ser diferente a los demás, hacer cosas nuevas. Es mejor que todo el mundo vista igual, con sus trajes y corbatas, incómodos tacones y que todo el mundo tenga su maletín lleno de papeles desordenados. La gente no busca hacer feliz a los demás, se conforma con su propio éxito, se mueve sólo por su interés. En cambio, si abrimos los maletines de toda esta gente que trabaja en la calle, encontraríamos unas pocas monedas, sueños, ilusiones, marionetas, risas, varitas mágicas, música, dibujos, disfraces, esperanza...

1º premio prosa. Concurso Jorge Jordana.

1 comentario:

  1. INés sigue así! Espero que haya otro capítulo porque si no... Pasatelo bien ya sabes donde (no digo donde porque ya sabes q no me gusta, esto de internet es muy peligroso) ;) Sigue escribiendo!!!

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